viernes, 30 de octubre de 2009

Entrevista a Juan José Beltrán Zavala, restaurador de arte con gran trayectoria

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El patrimonio (todavía considerado “obra de arte”), no debe ser intervenido únicamente para prolongar su función de contemplación estética, sino que también debe ser intervenida en función de su mensaje histórico.

Soy integrante de la primera generación de la ECRO (Escuela de Conservación y Restauración de Occidente). En estos momentos estamos en campo desde hace 5 semanas en Santa María Acapulco, es un lugar bastante alejado de la civilización. Esta es una comunidad muy pequeña, muy pobre, es de las más pobres del Estado de San Luis Potosí y de la República. Es una comunidad que está a un promedio de 70, 90 kilómetros de la ciudad más cercana.

Inicios de estudios básicos.

Terminando de estudiar la secundaria, las crisis que ha vivido el país no me permitieron seguir mis estudios y me dediqué a trabajar y en el momento en que hubo estabilidad económica continué con mis estudios y estudié en este programa que es para adultos y de ahí que terminé la preparatoria, salió la convocatoria para la primera generación de la licenciatura de conservación y restauración de bienes muebles y pues me animé y entré a estudiar esta carrera sin tener muy en claro lo que podía aprender, o lo que podía hacer.

Me dediqué a varias cosas antes de darle un sentido más interesante a mi vida, trabajé en varias actividades que en el futuro me ayudaron para darme la habilidad necesaria para mi actual carrera. Tuve trabajos como de mensajero, en el área de la construcción, también trabajé en un taller mecánico de motocicletas, así como en una ebanistería, para por último en Colex Mexicana, en el departamento de ventas y eventualmente colaborando en servicio técnico, todo esto en el ramo fotográfico; en ese ínter fue que entré a los cursos de fotografía en El Cabañas, que fue donde nos conocimos, en el año de 1996

¿Cuáles fueron tus primeros acercamientos a lo que sería tu actual carrera?

Empecé en el 2000, cuando apenas estaban rehabilitando el edificio en el que impartían la carrera, que un edificio de principios del siglo pasado, edificio porfirista. Era un edificio ya viejo, con instalaciones viejas y estuvimos estudiando a la par de las mejoras que le hicieron.

El grupo empezó con 21 personas. Una chava duró 5 días y se fue. Empezamos a estudiar con un plan de estudios que venía de México, del INCRIM, al año cambiaron el plan de estudios. Fue un aprender de maestros y alumnos juntos. Los maestros eran egresados del INCRIM, con experiencia en el ramo, pero no tenían experiencia docente; pero aprendimos bastante de lo que es restauración y conservación de bienes, palabras que al principio no entendimos gran cosa.

Mi trabajo en Colex, fue donde me sostuve para pagar mis estudios, los viajes a campo. Eran salidas de estar un mes prácticamente en campo.

Soy de la primera generación y hasta el momento van ocho generaciones. En el 2005 me gradué, junto con otras once personas más.

Al siguiente año de salir de la escuela, salió un proyecto en Autlán, restaurar un mural de Atanasio Monroy, proyecto en el que nos iban a pagar por echarlo andar. Ya no era servicio social.

¿Qué es lo que te dio la pauta para decir “por aquí me voy”?

Sería más o menos en el ’98, escuché en programa de una revista cultural y mencionaron sobre una escuela de restauración que tenía algunos años gestionándose. Comentaron de qué se trataba, que se relacionaba con museos, con bienes culturales, escultura y demás actividades. En el 2000 salió la convocatoria, la vi por accidente en un periódico y me dije: “me voy a meter”. Para eso ya estaba inmerso en actividades propias de eso, como visitar museos y zonas arqueológicas.

No era muy conocida hasta hace unos años, lo que es un restaurador, aquí en Guadalajara. Ha costado trabajo y parte de esto se ha hecho por parte de la misma escuela, y los proyectos que se ha hecho en muchos lugares por parte de la escuela y otras instituciones, como el INAH. Poco a poco se ha ido conociendo lo que es esta carrera.

Se han tardado en proyectar esta carrera aquí en Guadalajara, porque en otras partes, por ejemplo en Oaxaca, mucha gente, pero bastante gente, saben con exactitud lo que es un restaurador. Es muy extraño que hace bastante tiempo ellos ya sabían qué es patrimonio, qué es un restaurador, qué es un bien cultural. Son procesos culturales que se han venido manejando desde hace tiempo y que en Guadalajara no se sabía porque la restauración se trabajaba tradicionalmente por artesanos, artistas plásticos, pintores, escultores y gente que sabía de algunos materiales, pero que no tenían la preparación como restaurador, porque sólo estaba esta carrera en el Distrito Federal.

¿Cómo se prepara un restaurador?

Ciertamente leer y tomar cursos que sirvan en la carrera. Me sirvió bastante trabajar en campo y no estar detrás de un escritorio. Hubo un tiempo que estuve dando clases en una universidad en San Luis Potosí, sólo fue un semestre, pero que me vino a bien la docencia.

¿Cómo es el procedimiento para contactar a un restaurador?

Hay muchas formas, porque puede llamar el Padre del templo de la colonia a restaurar su cristo, o toda la comunidad que quiere restaurar parte de su iglesia, puede contratar una institución para un proyecto determinado, por determinado tiempo. Yo en mi caso trabajé dos proyectos que estaba ejecutando la misma escuela, la ECRO y he trabajado proyectos que coordina la Coordinación Nacional de Conservación de Patrimonios. También he trabajado en Oaxaca, con comunidades, que ésta misma gestiona sus recursos y restaura sus templos. El dinero viene de diferentes bolsillos, puede venir de cualquier parte. El llamado es conforme se va uno mismo relacionando, te conocen cómo trabajas, cómo te desenvuelves.

Cuando tienes el objeto a restaurar, ¿se hace un estudio, investigación previa a la restauración?

Se hace una investigación de materiales, del estado en que se encuentra, el estado de conservación, investigación histórica e inclusive de procesos. Se hace una propuesta qué es lo que se tendría que hacer con determinado bien a restaurar, pero en el camino salen cambios y es parte de la investigación que se sigue haciendo. Si un proceso no funciona o se ve que puede no funcionar, se investiga y se hace un proceso alterno, otro más en el camino de restauración. Constantemente estás descubriendo cosas, cambiando procedimientos y técnicas.

¿Estás especializado en alguna de estas técnicas que comentas?

Tanto como especialización no. La especialización te la da el constante trabajo con determinado material, con el trabajo en campo. He trabajado más ha sido pintura mural y la fotografía, el registro fotográfico con radiaciones invisibles, UV e infrarrojo. La fotografía de infrarrojo en restauración fue que hice mi tesis.

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